Llegará el día que me recupere de esta convalecencia, o mejor dicho, que
concluya esta condena y quede libre de cargos y de que cargar con la rodilla.
Cuando
eso suceda y pagado el precio, y si Dios quiere regrese de nuevo a mi estado de forma y me envuelva
de nuevo esa embriaguez de Runner habitual,
aunque parezca que todo ha terminado y
que los fantasmas y demonios que me acompañan ahora se hayan difuminado, aun entonces
quedaran cicatrices y espinas en la piel.
Durante este periodo de tiempo mi
instinto de supervivencia me ha hecho volver la vista atrás para poder correr hacia adelante, me ha hecho
recomendarte no ser un Runner, a atestiguado como es un Runner al Sol y ya lo
último me ha puesto a contar los días.
La cabeza se me tornó hacia el pasado y se detuvo en el
presente buscando alivios, y ahora que se acerca el final de este oscuro tiempo
veo el futuro más cerca mientras me palpo las rugosas cicatrices. Cicatrices
que no son las que dejo de la cirugía el pasado 29 de Diciembre, no, son las
cicatrices y las espinas en la piel que me ha dejado tener que ir atravesando
este bosque profundamente espeso lleno de zarzas y espinos. Esas espinas clavadas en la piel, a modo de metáfora, fueron llegando a modo de proyectos rotos, sueños abortados o
citas anuales anuladas. Se fueron
incrustando en la carne a medida que avanzaba entre la espesura de la odiosa recuperación, algunas llegaron a profundizar tanto como para pinchar el hueso y joderme de
dolor y escozor.
Pero esto no me derrota, las cicatrices, al igual que los
tatuajes van dando fe a través su huella de todo lo vivido ya sea bueno malo o traumático. Ahora quiero mirarlas con
orgullo y se de sobra que serán mi nueva motivación para lo que este por venir. Eso si, las
cicatrices se quedaran pero algunas de las espinas hincadas (3Refugios,MAM, Madrid-Segovia Night, GTP,
Madrid-Segovia y posiblemente MAPOMA) tengo que sacármelas como sea porque esas dolieron
mucho al clavarse y todavía siguen escociendo.
Tendré que volver a preparar mi
cuerpo y mi espíritu como lo estuvo antaño, no será fácil ya que alguna púa está muy clavada y habrá que meter los dedos hasta adentro, pero todo sea por el alivio que sentiré después.
Ya tengo nuevo unicornio que perseguir y es lo que
más necesito para regresar a la arena, si no tengo donde agarrarme a pesar de que duela, no tengo nada.
Se acerca poco a poco el momento y es tiempo de reunir fuerzas
e ir poniendo a calentar la máquina. Espero que siga siendo la misma que antes
y que me transporte a los mismo lugares maravillosos,aunque claro está que tendré que aligerarla del sobrepeso.
También tengo asumido que si no fuese así, si
no fuese igual que antes de lesionarme, buscaré la manera de seguir llegando hasta esos lugares de una forma o de otra... pero llegando.