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viernes, 13 de enero de 2017

No, No Te Hagas Runner!

  Para la mayoría de los que leáis estas líneas ya será demasiado tarde, os conozco a la mayoría y estáis metidos hasta el cuello y sin posibilidades de escapar de este despiadado hechizo. Esto va dirigido a modo de advertencia a todos aquellos que estáis empezando a tontear con esto del correr.


¡Existe un gran Mal!
 El conjuro de este gran mal debió de entrar en nuestros cuerpos en la mayoría de los casos durante uno de esos entrenos tras un (amanecer, atardecer, tormenta de verano, eclipse, primera nevada del año, noche de luna llena…) y ahí empezó todo.
Sin dudas en las manos de aquel loco Alquimista que un día macero la formula maldita, debían de encontrarse todo tipo de sustancias que fuesen atraídas por la Serotonina, la Endorfina o la Dopamina. Gracias a esas sustancias atraídas por estas hormonas sería muy fácil dejar la pegajosa amalgama junto a cualquier calle, camino, senda o pista forestal a la espera de aquel pobre aprendiz de Runners despistado e inocente, que pasase por allí  disfrutando de ese momento único en el que creyese ser la única persona sobre la faz de la tierra y no sospechase que en su cuerpo había penetrado uno de los peores venenos conocido por la humanidad.
Si tienes suerte sus efectos más corrosivos tardaran años en consumir tus entrañas, pero ya empezarán otros antes a dar la cara a pesar de que tu no los notes, o que lo niegues. De pronto notaras un tic de tu cuello que se girara compulsivo hacia tu muñeca, tu rutina del sueño cambiara y los fines de semana una fuerza extraña te sacará de la cama a horas antes impensables, llegaran los dolores, pero a pesar de ello siempre los justificaras y acudirás a curanderos que por mucho que intenten pinchar o estrujar el demonio que llevas dentro siempre, más tarde o más temprano regresaran.
En definitiva, estas jodido. Pero eso no es todo, el lado más duro de este hechizo llegara el día que te pares, el día que por mucho que tú quieras y que la ponzoña que llevas dentro te oprima las entrañas sea físicamente imposible dar un paso más. Ese día, ese día mostrara su lado más cruel y despiadado para el que fue preparado. Al despertarte una hora antes de irte a trabajar ¡te tendrás que volver a acostar con lo que ello conlleva y con sudores fríos! el espejo se encargara cada mañana de arruinar tu día con la horrible imagen de esa lustrosa cara rosada donde antes hubo unos afilados y marcados pómulos. Las mañanas invernales -2º, las tardes veraniegas de 39º a la sombra  y tu sentado en ese cómodo sofá tapado con una manta como un anciano o tumbado en el verde césped de la piscina cual grasiento León Marino, ¡diossss como sufrirás…!
Tu mecanismo de defensa, la propia lucha de supervivencia de tu cuerpo la rebelión de tu ego más profundo te llevara a noches de insomnio sentado frente al ordenador visualizando viejas fotos de aquellos días de gloria y que a pesar de ser solo eso, recuerdos, terminas compartiéndolas en tus redes sociales. Bien para no dejar de ser el Runner postureta que fuiste y que nadie se dé cuenta de que estas parado, o bien para ver si alguna de aquellas palabra (Maquina, Crack, Grande…) que te escribían tus “Follower” contiene el antídoto y rompe el hechizo como el dulce beso de una princesa aliviando lo que tú crees que será tu muerte.
Pero no, no existe antídoto. He comprendido que la única forma de paliar sus efectos o por lo menos de los más dañinos sea surtirle de eso paro lo que fue creado, la endorfina, la dopamina y la serotonina. Así de sencillo, ser Feliz es la una manera de combatirlo.

Por eso te digo amigo, No Te Hagas Runner, no se te ocurra, no te pongas esas mallas y salgas mañana a correr, no quedes con nadie hechizado que te diga que solo va a ser un trote por la montaña para ver amanecer desde la cumbre, di NO.